Publicado: 19 de Febrero 2019
Nicaragua conmemora el 85 aniversario del tránsito a la inmortalidad del General de Hombres y Mujeres Libres, Augusto C. Sandino, su ejemplo de honestidad, firmeza de ideales nacionalistas y populares, significa un faro que ilumina cada amanecer.
El pueblo de los Guerreros, Niquinohomo, Masaya, vio nacer al insigne Augusto Nicolás Calderón Sandino, mejor conocido como Augusto César Sandino, el 18 de mayo de 1895. Sus padres fueron Gregorio Sandino y Margarita Calderón.
Sandino a través de su lucha social promovió ideales humanistas, equitativos buscando justicia socio-económica, impulsando los valores de la solidaridad, la colectividad y el bienestar ciudadano, base ideológica del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional.
Desde muy joven Augusto C. Sandino, presenció la primera intervención política, militar y económica que sufrió Nicaragua por los Estados Unidos. Uno de los momentos que marcó su conciencia de patriotismo y humanismo fue ver el cadáver del General Benjamín Zeledón llevado en una carreta de bueyes para ser sepultado en el año 1912.
Años más tarde viajo a países como Honduras y México donde trabajó como minero y se relacionó con grandes líderes de diversos grupos sindicalistas, obreros y socialistas.
Tras regresar a su tierra natal en el 1926 se incorpora a la guerra civil que había estallado. A partir de esa fecha y durante seis años combatió contra las tropas de diferentes gobiernos apoyados por Estados Unidos, logrando reunir a unos tres mil hombres. Bajo su mando la guerrilla se refugió en las selvas de Nueva Segovia, ganándose la admiración popular donde se convirtió en prácticamente invencible. El presidente estadounidense Herbert C. Hoover, al no poder derrotarlo ordenó la retirada de las tropas desplegadas en Nicaragua.
Bajo la sombra de un árbol de espino negro, el 4 de mayo de 1927, se firmó el Pacto del Espino Negro, impuesto por Henry Lewis Stimson, representante personal del presidente estadounidense Calvin Coolidge, a los delegados del gobierno conservador de Adolfo Díaz y José María Moncada, General en Jefe de la Revolución Constitucionalista, este último, aceptó entregar las armas a cambio de prebendas, dejando en el poder al gobierno impuesto por los yanquis.
Sin embargo, el General de Hombres Libres, Augusto C. Sandino, no aceptó entregar sus armas al ejército invasor, formando el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua para combatir a las tropas interventoras, manifestando una de sus más célebres frases: «No me vendo, ni me rindo. Yo quiero patria libre o morir».
Levantando ahora una bandera roja (liberal), a la que decidió agregarle una franja negra, simbolizando con esto que la lucha sería hasta conseguir la libertad o la muerte.
A partir de ese momento la guerra civil se convierte en una guerra de liberación nacional. De esta manera, Sandino se convierte en el ejemplo de lucha nacionalista y antiimperialista.
Como jefe director de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza planeó el asesinato del General Sandino, firmando un documento con 14 miembros de la Guardia Nacional, ordenando al coronel Lisandro Delgadillo asesinar a Sandino.
El 21 de febrero de 1934, Augusto C. Sandino tras aceptar una invitación para acudir al palacio presidencial, en compañía de su padre Gregorio Sandino, don Sofonías Salvatierra (Ministro de Agricultura), los generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor; fueron emboscados al salir del evento, por un grupo de soldados encabezados por el coronel Delgadillo. Los guardias ingresaron en la cárcel de El Hormiguero a don Gregorio Sandino y a don Sofonías Salvatierra, mientras a Sandino y sus generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor, fueron conducidos a un predio baldío, conocido como La Calavera, en las afueras de la ciudad (hoy barrio Larreynaga). A lo que Gregorio Sandino expresó: “Ya los están matando. Siempre será verdad que el que se mete a redentor, muere crucificado”.
Sandino marco ejemplo, se entregó en cuerpo y alma, en favor de los derechos de obreros, indígenas, artesanos y campesinos. De igual forma, abogaba por la unión de pequeños campesinos para producir alimentos y constituyó la primera cooperativa en Wiwilí, el 19 de febrero de 1934, considerándose este como el Día del Cooperativismo en Nicaragua.
Heroico y legendario, la gesta del General Sandino trascendió la historia política, poética y social para convertirse en un ícono de la resistencia armada.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), organización política creada en 1962, se constituyó como continuadora del ideario de Sandino, Padre de la Revolución Popular, mediante la lucha logró en 1979 el derrocamiento de los Somoza.